El clima de la zona se caracteriza por sus inviernos suaves, donde la temperatura media de diciembre y enero es de unos 11º -prácticamente no se producen heladas-, y veranos calurosos (la media de julio y agosto es de unos 26º), junto a su escasa pluviosidad anual, de unos 300 mm al año o incluso menor.
La vegetación reinante está compuesta por matorrales y arbustos como el palmito, la coscoja, el lentisco, y sólo encontramos como representantes arbóreos el pino carrasco, algarrobo, acebuche, el mismo araar y unas pocas carrascas.
La especie que nos ocupa es poco exigente en cuanto a suelos, aunque parece preferir los calcáreos y a veces se desarrolla entre fisuras de rocas.
La orientación juega también un papel importante en el desarrollo de las poblaciones naturales de T. Articulata, conífera que prospera más en las solanas que en las umbrías, quizá por competencia con el pino carrasco, que suele mantener masas boscosas bastante densas en las umbrías.
Brota abundantemente de cepa, es bastante resistente a todos los agentes de destrucción (incendios, tala, pastoreo), y su madera es especialmente dura e imputrescible, lo que la convierte en ideal para trabajos de ebanistería.
En Huerto Pío se está estudiando la manera de optimizar el cultivo de este árbol emblemático para aprovechar al máximo los productos que nos ofrece (madera, resina, etc.).