Es el elemento más emblemático de la finca y junto con la antigua balsa forma un conjunto con un importante valor histórico y patrimonial, vestigios de la arquitectura rural de la comarca. Data de principios del s. XIX y estuvo utilizándose para la extracción de agua hasta 1950. Es una noria de sangre –movida por animales de carga- y de grandes dimensiones, puesto que el interior de su base estaba destinado a las cuadras de los animales. En el año 2001 se completó la restauración del edificio, reproduciéndose íntegramente el mecanismo de la misma para la extracción de agua del pozo, convirtiéndose en la primera noria de sangre restaurada en la región. También se recuperó la balsa para el almacenamiento del agua que se extrae del pozo, y su uso para el riego de las parcelas de la finca.
Con su rehabilitación se convirtió en un pequeño centro de interpretación del proyecto abierto para los visitantes, relativo a la cultura rural y agraria de la comarca y los sistemas tradicionales de extracción de agua del subsuelo, incorporándose progresivamente nuevos artículos de artesanía de esparto, y elementos tradicionales del mundo rural de esta zona. La noria es así un recurso extraordinario para abordar la problemática del agua, tan importante en nuestra región, y los sistemas de extracción, así como diferentes aspectos relacionados con el ahorro de este recurso tan preciado.
En 2007 fue necesario restaurar de nuevo el mecanismo de madera de la noria, para ver de nuevo a la mula haciéndola girar y sacando agua.