
Desmantelan una excavadora gigante en la Corta Brunita
La minería a cielo abierto fue posible gracias a la introducción de maquinaria pesada de excavación, capaz de remover grandes tonelajes de roca a un bajo coste. A finales de los años 60 la multinacional Peñarroya importó de Inglaterra la que en el momento estaba entre las mayores excavadoras del mundo, la Ruston Bucyrus, modelo 150, máquina eléctrica, con una capacidad de cuchara de 4,5 m3. Posteriormente en los años 70 compró otras dos unidades. El rendimiento medio por relevo de cada una de estas máquinas era de 5.500 toneladas, por tanto cada una de estas máquinas cargaba diariamente unas 16.500 toneladas de roca estéril. Así se explica la ingente remoción de millones de toneladas que transformaron profundamente el paisaje minero de la sierra.
El 5 de mayo, una de estas gigantescas excavadoras situada en la corta Brunita, ha sido desguazada para venderla como chatarra. La pregunta que nos hacemos ¿vale más el kilo de chatarra que el kilo de historia?
¿Cómo es posible que un elemento que debe estar incluido en el catálogo de bienes culturales de la Sierra Minera sea desmantelado con total impunidad? ¿Cómo es posible que una excavadora de grandes dimensiones como ésta sea desguazada a plena luz del día, en un terreno abierto como es la Corta Brunita, contando como cuenta su propietario, Portmán Golf, con vigilantes en la zona? ¿De quién es la responsabilidad de esta nueva agresión al patrimonio industrial de la zona?